viernes, 21 de noviembre de 2008

la visión

La visión es la capacidad de distinguir los objetos y su entorno. El órgano de la visión es el ojo, que capta las vibraciones de la luz, que se desplaza en forma de onda y que vibra en contacto con los distintos cuerpos, transmitiéndolas al cerebro.
Los ojos (dos en los seres humanos), se ubican en el rostro; cada uno de ellos esta compuesto por el globo ocular (el ojo en sí), y los órganos anexos.
Los dos globos oculares, protegidos dentro de unas cavidades óseas llamadas orbitas y por fuera de los párpados, cejas y una película de lágrimas, están directamente conectados con el cerebro a través de los nervios ópticos. Cada ojo es movido por 6 músculos, que se insertan alrededor del globo ocular. Los rayos de luz que entran al ojo a través de la pupila son concentrados por la cornea y el cristalino para formar una
imagen en la retina. La retina contiene millones de células sensibles a la luz, llamadas bastones (miden 2 micrones de ancho por 50 micrones de largo) y conos (dispuestos a modo de empalizada) , que transforman la imagen en un conjunto de impulsos nerviosos. Estos impulsos se transmiten a lo largo del nervio óptico hasta el cerebro. La información procedente de los nervios ópticos es procesada en el cerebro para producir una única imagen coordinada.
El globo ocular esta fijado a la orbita por una diminuta porción de tejido adiposo, y al hueso por seis músculos
motores. Es una esfera de 2 o 3 cm de diámetro y de 7 a 8 gr de peso. Consta de tres membranas o capas esféricas sucesivas. De afuera hacia adentro, esas capas son: la esclerótica, la coroides y la retina. El interior
De la esfera se encuentra ocupado por una
materia de consistencia gelatinosa denominada humor vítreo. La más interna de las membranas del globo ocular es la retina, que se une con el nervio óptico proveniente del cerebro. Constituye un tejido compuesto por millones de terminaciones nerviosas, o células fotosensibles que se clasifican en dos tipos: las que perciben el color se llaman conos, y las que pueden distinguir entre la luz y la oscuridad, bastoncillos.
La membrana más externa, la esclerótica, es la porción blanca de ojo y tiene consistencia cartilaginosa. En su parte delantera es transparente, y forma la córnea.
La membrana intermedia o coroides de coloración oscura, es irrigada por numerosos vasos sanguíneos. La parte delantera de ésta, está ubicada inmediatamente detrás de la córnea, es el iris. Al hablar del color del ojo, se hace referencia a la coloración del iris. Éste posee en el centro una abertura redonda, la pupila, que ensancha o disminuye su diámetro según la cantidad de luz que recibe. Inmediatamente detrás del iris y la pupila se encuentra una estructura transparente, el cristalino, que es una verdadera lente. El cristalino refracta la luz, es decir, cambia su
dirección; Además, tiene la propiedad de variar su forma, para permitir el ajuste de la visión según la inclinación de los rayos que lo atraviesan.
Con esta estructura de tres membranas superpuestas, el ojo humano forma una lente perfecta entre la cornia y el cristalino se encuentra él liquido lubricante o humor acuoso y entre el cristalino y la retina, una masa gelatinosa, el humor vítreo, que llena también el interior del globo ocular.
Las vibraciones producidas por la luz atraviesan la córnea, penetran en la pupila, son ajustadas por el cristalino y se reflejan en la retina. De allí, en nervio óptico transmite la información al en céfalo, en un área de la corteza cerebral llamada tálamo. Además de la forma y el color del objeto, el cerebro capta también la distancia, el tamaño, la movilidad y el grado de definición de la imagen.
Los órganos anexos-la cejas, los párpados, las pestañas, el aparato lacrimal y la conjuntiva-, protegen al ojo sin intervenir en el mecanismo de la visión.
Los párpados tienen por dentro una membrana, la conjuntiva, que está en contacto directo con la córnea y la lubrica con una sustancia mucosa. Las pestañas nacen de los párpados, y resguardan al globo ocular del polvo y los cuerpos extraños.
Por su parte, las glándulas lacrimales segregan un
líquido antiséptico que humedece la córnea, las lágrimas. Las cejas son abultamientos de piel recubiertos de pelos, que impiden que las gotas de sudor caigan en los ojos.

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